sábado, 31 de diciembre de 2011

EXOPLANETAS

A principios de mes, la misión Kepler, el telescopio buscador de planetas de la NASA, confirmó el hallazgo del primer exoplanetas situado en la franja de habitabilidad de una estrella similar al Sol; es decir, a una distancia tal del astro como para que en la superficie del planeta pueda existir agua líquida. Los planetas muy cercanos a su estrella, como Mercurio, sufren temperaturas demasiado elevadas como para albergar vida; los muy lejanos, por el contrario, se encuentran demasiado fríos.

Sin embargo, el radio de Kepler-22b (el nuevo planeta) es unas 2,5 veces mayor que el de la Tierra, por lo que los expertos no pueden asegurar que se trate de un planeta rocoso. Los planetas demasiado grandes suelen ser gaseosos (como Júpiter, por ejemplo) y se consideran poco aptos para albergar vida.

Por otro lado, hace apenas unos días la NASA anunció el descubrimiento de los dos primeros exoplanetas del tamaño de la Tierra, un objetivo que los investigadores perseguían desde hacía tiempo, ya que, como es obvio, los exoplanetas más fáciles de detectar (y la mayoría de los conocidos hasta ahora) son aquellos de gran tamaño Con anterioridad, el exoplaneta de menor tamaño conocido poseía un radio 1,42 veces mayor que el de la Tierra.

Bautizados como Kepler-20e y Kepler-20f, los planetas recién descubiertos pertenecen al sistema planetario Kepler-20, compuesto por un total de cinco planetas en torno a su estrella y emplazado a una distancia de unos 1000 años luz de la Tierra.

Kepler-20e y Kepler-20f se hallan, sin embargo, demasiado próximos a su estrella anfitriona como para permitir la existencia de vida. De hecho, se encuentran tan cerca que sus respectivos años tan solo duran 6 y 20 días.

El telescopio Kepler busca planetas mediante el método de los tránsitos: cuando un planeta que orbita en torno a una estrella distante se interpone entre esta y la Tierra, apantalla una pequeña fracción de la luz del astro, como si de un pequeño «eclipse» se tratase. Esas ligeras disminuciones de intensidad son detectadas por el fotómetro de alta resolución de Kepler, que observa de manera simultánea unas 100.000 estrellas y registra su brillo cada 30 minutos.

Cada vez que el telescopio detecta una modulación periódica en la luz emitida por una estrella, los expertos dicen haber hallado un «candidato» a planeta. Después, esas observaciones se someten a una serie de comprobaciones con ayuda de telescopios terrestres y del telescopio espacial infrarrojo Spitzer, a fin de confirmar su naturaleza.

Los responsables de la misión Kepler también informaron del descubrimiento de más de 1000 nuevos candidatos, lo que prácticamente dobla todos los conocidos hasta ahora. Dado el ritmo al que progresan los hallazgos de la misión Kepler, sus responsables se han mostrado confiados. Según Natalie Batalha, una de las responsables de la misión, «encontrar planetas con el tamaño y la temperatura adecuados solo parece cuestión de tiempo».


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